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Trastornos de Apego

El ser humano viene al mundo con una predisposición innata para establecer uniones con nuestra figura de cuidado o cuidador principal, es algo necesario para nuestra supervivencia y desarrollo. El apego se refiere al vínculo que se establece entre un bebé y sus cuidadores principales y que provee al mismo de seguridad y regulación de los estados internos. Algunas funciones que desarrollaremos en la edad adulta, empiezan en los primeros años y se explican a través del apego.

Es tan innato que cuando un bebé es separado de su figura de apego, el cerebro activa todo un conjunto de emociones y conductas para buscar la cercanía y la seguridad en las personas significativas. Esto explica por qué los niños tienen ansiedad cuando se les separa de sus padres, y por qué solo se calma cuando éstos vuelven. 

El apego influirá en cómo seremos como adultos, en los conceptos que crearemos, en la seguridad que tendremos en nosotros y en el resto de personas, y en cómo nos vinculamos con las figuras importantes (hijos, parejas). 

A través del apego los seres humanos conocemos el mundo y sentimos seguridad y coherencia, tanto sobre nosotros mismos como sobre aquello que nos rodea.

El apego no es algo patológico, sino que es una respuesta adaptativa a los diferentes contextos y personas que hemos tenido en nuestra infancia, y que resurge en la edad adulta al entrar en contacto con diferentes perfiles de persona.

Los trastornos de apego surgen cuando el niño debe responder frente a situaciones traumáticas o cuando sus figuras de apego son poco consistentes, por ejemplo cuando sus cuidadores no responden a las necesidades emocionales o físicas del infante -como ocurre en los casos de negligencia- o cuando la persona que debe proveer seguridad y afecto es la misma que produce miedo -como en las situaciones de maltrato o abuso.
Cuando ocurre esto, el apego se construye como fuente de trauma o como una desorganización de la respuesta de apego, es decir, como no sirven los otros tipos de apego para establecer un vínculo con la persona significativa, el niño desarrolla visiones y conductas patológicas (se queda parado, busca contacto pero al mismo tiempo tiene miedo, rechaza al cuidador pero lo anhela, etc.).


Algunas consecuencias que vienen derivadas de los trastornos del apego son:

  • Incapacidad de la persona de auto-calmarse y auto-regularse
  • Disociación
  • Evitación de los vínculos cercanos
  • Miedo al abandono
  • Visión del mundo como peligroso o demasiado seguro
  • Visión distorsionada de los otros: como agresores, como manipuladores, como peligrosos o con malas intenciones
  • Visión de uno mismo como inseguro, incapaz, inadecuado, malo, víctima, peligroso, agresor…
  • Conductas de protesta: llorar, gritar, agredir, suplicar… especialmente en momentos que sienten que el vínculo puede romperse o corre peligro
  • Llevar a las parejas a límites, ponerlas a prueba, estar constantemente buscando su aprobación o verificando que las quieren, evitarlas activamente o sentirse atrapados en vínculos cercanos
  • No resolver los duelos adecuadamente
  • No tolerar la frustracióno ciertas sensaciones corporales
  • Engancharse emocionalmente a ciertos tipos de persona, incluso aunque estas puedan ser tóxicas o perjudiciales para uno
  • Aventurarse en experiencias peligrosas o nocivas
  • Desorganización de la personalidad y del concepto del yo

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